Belén Gache

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   Videopoesías: de la imposibilidad de la escritura a la lectura como    traición.

 

Mesa teórica sobre Poesía Experimental- Cierre del Festival Internacional de Video Poesía en Buenos Aires. Barraca Vorticista - 22 de noviembre de 2008.

Lorentzian Wormholes

 

 

 

VIDEOPOESÍAS: DE LA IMPOSIBILIDAD DE LA ESCRITURA A LA LECTURA COMO TRAICIÓN.

La video poesía es una particular forma del video arte que implica textos poéticos,  elaborados a partir de diferentes dimensiones acústicas y/o visuales.
Me basaré hoy en una de las formas de la video poesía: aquella que trabaja específicamente con las acciones de escribir o de leer.
Escribir y leer son dos nociones que han sido especialmente tratadas por la filosofía del siglo XX, ya sea desde la hermenéutica, la filosofía del lenguaje, el postestructuralismo, el posmodernismo, etcétera. En el siglo XX, asistimos a la metamorfosis del “texto monumento” de la edad moderna a partir de las diferentes teorías de la escritura y las teorías de la lectura surgidas desde estos ámbitos.

Escritura
Primero que nada, situaremos al eje escritura-lectura como opuesto al eje habla-escucha.
Roland Barthes, por ejemplo, ubica a la escritura como opuesta al habla y la define de la siguiente manera: se trata de “un gesto manual opuesto al vocal, un registro legal de señales indelebles destinadas a triunfar sobre el tiempo y el olvido”.
Barthes establece dos sistemas: el del rostro y el de la mano. Existiría una diferencia ontológica entre la audición y la visión: la cara tiene su lenguaje (la locución, la audición); la mano tiene el suyo (visión y trazado gestual). La escritura estaría siempre del lado de la mano. Se trata de una actividad manual, táctil.

La idea es compartida por Ludwig Wittgenstein, quien a su vez dirá:
“Yo pienso con mi lapicera. Lo sé porque frecuentemente mi cabeza desconoce aquello que mi mano está escribiendo.” (Wittgenstein, 1978).
Además de convertirse en un sistema independiente, la escritura accede a una pluralidad de sentidos que le son vedados al habla al permanecer esta prisionera de la temporalidad irreversible del sonido. El sentido, en la escritura, puede surgir de experiencias no lineales, reversibilidades, recurrencias, laberintos, estructuras en abismo, etc.
Reivindicando estas posibilidades, Jacques Derrida hablará del fin del libro tradicional, de escrituras ideogramáticas, de escrituras multimediales. Dirá que, si uno comienza a escribir sin renglones, por ejemplo, pronto comenzará también a leer de acuerdo con una organización espacial diferente. “Si comenzamos a escribir diferente, leeremos diferente y comprenderemos diferentemente nuestro mundo”, sostiene Derrida en De la Gramatología.

Lectura
Con respecto a la lectura, serán también filósofos como Wittgenstein o Derrida quienes pongan en entredicho la idea de un sentido último de los textos a ser develado por una lectura que agote su correcta interpretación.
Los tradicionales conceptos de unidad, origen, autoridad de los textos son cuestionados por ambos filósofos desde un punto de vista anti-totalitario. Ya no se trata de una sola posible lectura autorizada a partir de la cual se cierra un sentido único derivado de las intenciones del autor.
De lo que se trata es de propiciar un nuevo modo de leer que rompa con el modo tradicional surgido de formas de pensamiento lineales y argumentativas.
Wittgenstein, quien en su segunda etapa mantiene una actitud crítica hacia los discursos de la lógica moderna, critica la lógica lineal y representativa de una palabra que sustituye a la cosa, la completa, cierra su sentido y evoluciona de un principio a un fin.
En sus Investigaciones Filosóficas y también en su Libro Marrón, aborda específicamente el tema de la escritura (1):
Para él, el acto de leer se constituye de diferentes formas. Los ojos del lector resbalan sobre las palabras escritas, el lector las dice para sí o las pronuncia en voz alta. También puede leer para realizar, a su vez un dictado, o puede leer una partitura para ejecutarla. La lectura puede ser fluida o puede convertirse en un dificultoso deletreado de letras, por ejemplo, en el caso de un lector novato.
Según Wittgenstein, los seres humanos son adiestrados para devenir “máquinas de leer”, es decir, para ser capaces de transformar signos gráficos en sonidos, aun sin conocer el sentido de los mismos, en una forma similar, por ejemplo, a una pianola que traduce marcas en notas musicales. En lugar de tarjetas perforadas, será el alfabeto el que nos de a los seres humanos la regla para la transformación de los símbolos en proferencias sonoras.
Pero en la lectura humana parece haber algo más. Las palabras que pronunciamos al leer son diferentes a las que nosotros mismos concebimos. Parecen existir por sí solas e imponérsenos; parecen hipnotizarnos con su influjo. De hecho, Wittgenstein dice que la lectura humana se da únicamente cuando las palabras influyen, afectan de alguna manera la conducta del lector.
Las palabras leídas derivan del texto original. Son transcriptas por el lector a su propio  sistema, pero la cuestión, tal como remarca Wittgenstein, es que el modo de trascripción se dará siempre a partir de transcripciones múltiples, siendo imposible pensar en una interpretación única.
Por su parte, en el caso del planteo filosófico de Jacques Derrida, la lectura nunca será la búsqueda del “sentido”  del texto. Oponiéndose a un modelo metafísico de lectura - basado en una dimensión trascendental que permanece oculta y debe ser descubierta por el lector-, Derrida propone una nueva actitud respecto a la lectura. La nueva forma de leer no será llevada por la ilusión de una interpretación del sentido oculto sino que se centra en el texto mismo. Para él  “no hay nada más allá del texto”.
La idea de que hay un sentido detrás de una palabra o incluso que una palabra significa algo independientemente de su uso debe ser, según ambos filósofos, deconstruida.

Juego
Otra característica compartida tanto por Wittgenstein como por Derrida es el rol principal que confieren a la noción de juego.
Para Wittgenstein, lo que llamamos lenguaje no es otra cosa que las distintas formas que este adopta, cambiantes, abiertas y continuamente creadoras de reglas. Para él es imposible hablar de sentido sin considerar los usos específicos del lenguaje ya que no existe ninguna esencia debajo de la superficie del mismo.
Mientras que Wittgenstein habla de juegos del lenguaje. Derrida hablará de juegos de escritura. Para él, la noción de juego ocupa un rol estratégico ya que el juego se convierte en una parte fundamental de la actividad de deconstrucción.

Videopoemas
Escritura
En La Pluie, Projet pour un texte, de 1969(en realidad, se trata de un film registrado en 16mm.), Marcel Broodthaers intenta escribir un texto con tinta china bajo la lluvia. A la vez que es escrito, el texto va siendo borrado por el agua. El negro intenso de la tinta china se diluye formando diseños aleatorios sobre el papel.

El video de Gustavo Romano  La tarde de un escritor (1998) es la filmación con rayos X de una mano escribiendo sobre una hoja de papel. Pueden verse los huesos de la mano y la pluma, pero no el texto que se está escribiendo. El audio es el sonido amplificado de la fricción de la pluma sobre la hoja.
La tarde de un escritor toma su título de una novela de Peter Handke. Donde se cuenta la historia de un escritor que ha perdido el habla. El papel en blanco que presenta Romano enfatiza la idea de un microcosmos encerrado en su propio silencio.

En el video I love loving you, de Patricia Betancourt, la artista escribe con tiza en una pequeña pizarra, arrepintiéndose de su propia escritura, borrando y volviendo a comenzar la frase una y otra vez, cambiando el orden de las palabras (es decir, I love loving you, I hate loving you, I love hating you, I hate hating you). Las características de permutabilidad propias del lenguaje le permiten cambiar de significaciones con sustituciones en las que pasiones extremas - como amor, odio- se convierten en caleidoscópicos juegos lingüísticos. La noción de significado es remplazada aquí por el hincapié en los aspectos formales del lenguaje a partir de las ideas de proceso y juego.

Mientras que en los tres casos, predomina la idea de escritura como caligrafía y como proceso, en los dos primeros aparece también el acto de escribir ligado, paradójicamente, a la ilegibilidad.
"La ilegibilidad, lejos de ser un aspecto deficiente y monstruoso de la escritura, demuestra, en cambio, su verdad", decía Roland Barthes. (Barthes,1989)
En el caso de Marcel Broodthaers, la escritura se convierte en imposible. En el caso de Romano, el sentido de lo escrito escapa al lector, permanece secreto, mudo.
Recordemos aquí la réplica que hace Roland Barthes a aquellos linguistas que sostienen que la escritura sirve para comunicar. El hecho de que la escritura sirva únicamente para comunicar es rebatido a partir de numerosos ejemplos. Podríamos citar las numerosas escrituras realizadas con el expreso propósito de no ser vistas, como aquellas ubicadas en lo alto de los obeliscos o en el interior de determinadas cámaras mortuorias egipcias, alejadas de todo posible ojo humano, etcétera.

Lectura
En la obra Remarks on Color, de Gary Hill (1994) vemos la imagen de una niña -Anastasia, la hija del propio artista- leyendo en voz alta un texto de Ludwig Wittgenstein sobre los colores. Hill juega con la inadecuación entre la complejidad del texto y la inocencia e ignorancia de su lectora, quien tiene obvias dificultades a la hora de comprenderlo y verbalizarlo.
El artista ha instruido a su hija para que lea el texto - los primeros 88 parágrafos de los 350 que constituyen la totalidad del texto sin detenerse, haciendo lo posible por pronunciar incluso las palabras que ella desconoce. La cinta de video, que dura 45 minutos, no está editada conservando los errores de lectura y las frases en las que, inclusive se ha cambiado el sentido del texto -la niña en ocasiones confunde, por ejemplo, la palabra “know” con la palabra “now”. La niña lee el libro en donde se reflexiona filosóficamente acerca de la manera en que los colores son clasificados, descriptos y nombrados, sin levantar la cabeza y sin mirar a cámara.

En mis propios videopoemas de la serie Lecturas (2006-2008), se “interpretan” poesías de reconocidos poetas de la historia de la literatura en lengua hispana, tales como San Juan de la Cruz, Federico García Lorca, Rubén Darío, Idea Vilariño,  Calderón de la Barca, Neruda, Lope de Vega. En este caso es también, casualmente, mi propia hija la lectora.
El acto de leer da sentido y se instaura como performance. En esta serie de videos la lectura se constituye como resistencia a la lectura canónica de estos textos, buscando nuevas dimensiones semióticas a partir de la relación entre el acto de leer y su contextualización específica -lugar de enunciación, deixis, contexto espacio-temporal de la lectura.
Así como para Wittgenstein es imposible hablar de sentido sin considerar los usos específicos del lenguaje, aquí el sentido surge no ya de un texto canónico, de un texto monumento de la historia de la literatura sino del propio acto específico de la lectura.

En todos estos casos, aparece el libro, la palabra impresa, como el origen de la lectura.
Tal como decía Wittgenstein, la lectura implica un original del cual deriva. Esta idea de necesaria relación de deriva y duplicación me trae a la mente la noción situacionista de détournement. A partir de la estrategia de détournement, los textos producidos por la sociedad del espectáculo eran alterados formalmente por los situacionistas para subvertir sus sentidos de manera que, en lugar de reproducir el status quo discursivo, se constituyeran en verdaderos mensajes de oposición y resistencia. La característica principal de esta estrategia era la necesaria mimesis con el mensaje original, aspecto esencial a la hora de producir la sorpresa del enunciado inesperado.
Me pregunto si, en todo caso, toda posible lectura no se convierte en una especie de détournement, en un cambio de giro del original; si toda lectura no será, si no una negociación de sentidos con un texto original, directamente una instauración de sentido por sí misma.
Por lo pronto, la videopoesía se presenta como un cambio de giro de la poesía gráfica, abriendo los actos de escritura y lectura hacia nuevas significaciones.

BELÉN GACHE.

 

Notas
(1) En Investigaciones filosóficas, parágrafos 156 al 178. En el Libro Marrón, parágrafos 78 al 87.
 
Bibliografía
Barthes, Roland (1989): “Variaciones sobre la escritura”, en Campa, Ricardo, La escritura y la etimología del mundo, Buenos Aires, Sudamericana
Derrida, Jacques (1967) : De la Grammatologie, Paris, Éditions de Minuit
Derrida, Jacques (1972) : La Dissémination, París, Seuil
Derrida, Jacques (1993) La Vérité en peinture, Paris, Flammarion Wittgenstein, Ludwig (1965)The Blue and Brown Books, New York, Harper Perennial
Wittgenstein, Ludwig  (1978) Philosophical Grammar, Berkeley, University of California Press
Wittgenstein, Ludwig (1986) Investigaciones filosóficas, México DF, Instituto de investigaciones filosóficas de la UNAM