ARTE Y POLITICA
La política es entendida como un discurso fuerte
que se alinea (en términos derridarianos), del
lado del Logos, de la Voz, de la Ley, del Yo-Digo-la-Única-Verdad.
El arte, en cambio, es el quiebre de todo discurso del
Uno (silencio, margen, resistencia).
La política contesta; el arte pregunta. La política
cierra; el arte abre. La política tiene certezas;
el arte tiene dudas.
Hablar de arte político, ¿sería
una contradicción?
Definitivamente no. Todo arte es un acto de resistencia
frente a un discurso que se pretenda único. Todo
arte debería entenderse como desterritorialización
de este tipo de discurso.
CAPITALISMO Y ESQUIZOFRENIA
Cuando Gilles Deleuze y Felix Guattari plantean su noción
de delirio, esta se presenta no como únicamente
psiquiátrica. La misma es igualmente aplicable
al campo político y social. Estos autores (notesé
que los textos que citaré a partir de aquí
pertenecen todos a la década del '70) hablarán
de una "esquizofrenización" que se
da tanto en el campo del inconsciente como en el campo
social y que produce un quiebre de códigos tanto
en las relaciones familiares como en las del Estado.
La similitud entre el capitalismo y la esquizofrenia
se da en que ambas instancias emiten flujos descodificados
y desterritorializados. La diferencia entre ambas es
que el capitalismo intenta reterritorializar dichos
flujos en su poderosa axiomática abstracta de
valores y de cantidades monetarias, mientras que el
esquizofrénico emprende, por el contrario, la
fuga de todo territorio codificado e intenta desterritorializarlo
todo.
La falta de límites, reglas y anclajes del esquizofrénico;
sus incoherencias y discontinuidades, su pensamiento
nómade se presentan como opuestos al pensamiento
del Estado cuya meta es dominar, totalizar, unificar,
disciplinar.
EL ARTE COMO DESTERRITORIALIZACIÓN
El arte realiza una desterritorialización contra
la opresión del discurso, contra los diferentes
estereotipos y clichés que circulan regularmente
en el lenguaje y el imaginario cotidiano, que juegan
un rol tan significativo en nuestra formación
como sujetos sociales y que van armando una verdadera
dictadura del discurso. El arte se sitúa en el
lugar del conflicto semiótico y de la conciencia
de la capacidad de los signos para afectar las creencias
sociales. Busca sensibilizar a la sociedad frente a
los modos de representación que le son dados
y que recibe de manera prácticamente inconciente.
El arte libera fuerzas contra las represiones del discurso.
Hace explotar el discurso del Logos y desautoriza la
identidad totalizante, la interpretación habitual
y es, en cada caso conflictuante. Denuncia, ante todo,
el presunto derecho a la propiedad del sentido y la
pretensión de plenitud y veracidad de los enunciados.
Devenir artista es quebrar automatismos, dar visibilidad
a los costados invisibles o silenciados.
Cuanto más unívoco es el discurso, más
violencia hace.
Baudrillard dirá:
Cuando el sistema dice A=A, se acerca cada vez más
al poder absoluto, pero también a la subversión
inmediata y probable.
SOCIEDADES DE VIGILANCIA Y SOCIEDADES DE CONTROL
Michel Foucault analizaba dos tipos de sociedades. La
sociedad disciplinaria, que se caracteriza por la presencia
de lugares de encierro: cárceles, escuelas, hospitales,
etc. y otro tipo de sociedad: la sociedad de control.
Y este término lo toma de William Burroughs.
La sociedad de control se basa sobre una serie de sistemas
impuestos: incluso sistemas de micro-control, hábitos
en el pensar, hábitos del vestir, hábitos
alimenticios, etc. Y, también, por supuesto,
hábitos del lenguaje. Estos hábitos se
reproducirían al igual que un virus.
La máquina de control que cita Burroughs es la
maquinaria (policíaca, educacional, sanitaria,
etc.) usada por un grupo de poder para mantenerse en
el poder. (La máquina de control funciona en
forma muy parecida a la ideología althusseriana,
es decir, como un conjunto de acepciones compartidas
que mantienen a las estructuras sociales unidas. Mientras
que el aparato represivo del estado pertenece al dominio
público, el aparato ideológico del estado
lo hará en el dominio privado.)
El extremismo de Burroughs es un intento para atenerse
al silencio interior y resistirse a ser inoculado por
el virus del sistema.
¿Qué es lo que puede hacer el arte?
Contrainformar.
La contrainformación deviene acto de resistencia.
El arte debe evitar el contagio con el “virus
del control”. Debe crear armas imaginarias para
resistirse a los poderes establecidos.
LAS ALTERACIONES DE LA PALABRA (EL LENGUAJE COMO VIRUS)
La palabra, el nombrar, guarda la voluntad de domesticar
y dominar a un mundo. Las palabras modelan la percepción
de los hombres sobre el mundo. Al trastocar las leyes
lingüísticas, se cambian las leyes del mundo.
Recordemos la famosa frase de Alicia:
Humpty Dumpty le decía a Alicia:
“Cuando uso una palabra -dijo Humpty Dumpty
en tono más bien despectivo- esta significa
exactamente lo que yo quiero que signifique, ni más
ni menos.”
“La cuestión -dijo Alicia- es si usted
puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas
diferentes.”
“La cuestión -dijo Humpty Dumpty- es
quién es el Amo, eso es todo."
Por su parte, Burroughs señala que todo lenguaje
lleva implícita una violencia y que el único
antídoto contra la misma es el silencio. También
señala la analogía entre lenguaje y virus:
"La palabra puede ser claramente definida como
virus: se trata de un organismo que no posee ninguna
otra función interna que la de reproducirse a
sí mismo.
Dentro del gran conjunto de artistas participantes
de la muestra Arte y Política en los ´60
-que son más de 40-, encontramos un pequeño
grupo que, de diversas maneras, han resistido el sentido
unívoco de la palabra.
LEÓN FERRARI: CARTA A UN GENERAL (1963)
En la Carta a un general, encontramos una escritura
en donde la palabra ha sido despojada de sentido. Se
trata de una palabra que habla de otra manera, que vacía
de sentido a la palabra dada, que no le reconoce su
valor, que anticipa el fracaso en la comunicación
al entender la diferencia de código con el destinatario.
Se trata de una palabra que inventa su propia significación.
A lo largo de su producción artística,
León Ferrari ha mantenido siempre un interés
por el trabajo a partir de la "letra". Sus
investigaciones sobre la misma han alcanzado un nivel
filosófico en el que la destrucción, reconstrucción,
deconstrucción de la misma, simboliza la misma
voluntad de cuestionamiento del código del lenguaje
y, a partir del mismo, de los diferentes discursos de
circulación social.
EDGARDO VIGO: POEMA MATEMÁTICO (1967)
El Poema matemático de Vigo, una serie
de números y letras se introducen en el interior
del cubo desde su parte superior. Realizado a fines
de la década del '60, este poema guarda relación
con determinadas estéticas dadaístas y
puede, así mismo, relacionarse con los trabajos
realizados, también en los años '60, por
los integrantes del Ouvroir de littérature potentielle
(OULIPO), cuya idea era inventar restricciones de naturaleza
formal (contraites o instrucciones) y proponerlas
como punto de partida de la composición literaria.
Este tipo de investigaciones sobre reglamentaciones
y estructuras del lenguaje tiene como sustrato la idea
de que toda forma que adopte el sistema de la lengua
será igualmente arbitraria.
MARGARITA PAKSA: JUSTICIA (1968), ME CORTARON
LAS MANOS (1968)
En Me cortaron las manos funciona como homenaje
al cantante de protesta chileno Victor Jara, a quien
los militares cortaron las manos para impedirle seguir
tocando su guitarra. Las palabras aparecen recortadas,
fragmentadas, discontinuas metaforizando la tortura
del cantante chileno y realizando una analogía
entre la violencia sobre el cuerpo físico, sobre
el cuerpo social y sobre el cuerpo del lenguaje.
En otra de las obras, la palabra Justicia aparece
desenfocada a través de una mira: ¿la
mira de una cámara o de un arma? La idea es que
la palabra se lee según el "cristal con
que se mira", idea se repetirá en otras
obras de la artista donde diferentes lupas distorsionan
los escritos presentados.
HORACIO ZABALA: DIFERENTES MAPAS REALIZADOS EN LA DÉCADA
DEL 60
Mapas y palabras se instauran en creadores de sentido
ya que el lenguaje cartografía el universo.
En la década del 60, Zabala realiza una serie
de mapas de Latinoamérica sobre los cuales se
ha realizado una serie de violencias: han sido cortados,
sus pedazos mezclados, martillados, hachados, manchados.
Uno de ellos está intervenido mediante la explícita
reproducción de la palabra censura que se transcribe
hasta casi tapar su imagen.
La presencia de la imprenta de goma casera, por su parte,
realiza un señalamiento de unas condiciones de
producción generalmente borrados. Este borramiento
constituyendo una estrategia ideológica que remite
a una presunta trascendencia, transparencia y necesidad
del enunciado: la censura que aparece como la voz trascendental
de la moral, la voz argentina, derecha y humana y no
un sellito de goma realizado por alguien en particular
con el fin de desacreditar el discurso del otro.
JUAN CARLOS ROMERO: VIOLENCIA (1970)
Como en el caso de Zabala y los sellos, mediante la
utilización de la serigrafía Romero nos
presenta otro método de reproducción en
donde las palabras se repiten infinitamente idénticas.
Lo que se reproduce en este caso es la palabra VIOLENCIA,
palabra que llegó a cubrir las paredes de la
sala de exposiciones.
En el caso de Romero, evidentes, denotadas, obscenamente
frente a nuestras narices, las palabras se reproducen
como un virus.
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